martes, 17 de julio de 2012

Darl


Y de noche todavía sabe mejor. Entonces muchas veces me quedaba tumbado en el jergón, en el zaguán, esperando hasta oir que todos se habían dormido para levantarme y volver al cubo. Estaba oscuro, la quieta superficie del agua era un orificio redondo en la nada, donde antes de agitarla y despertarla con el cacillo a veces veía una estrella o dos en el cubo, y hasta puede que en el cacillo, antes de beber, una estrella o dos. Después de eso crecí, me hice mayor. Entonces esperaba hasta que todos se hubieran ido a dormir para poderme tumbar con los faldones de la camisa levantados, y les oía dormir, y me notaba sin necesidad de tocarme, sentía el frío silencio alrededor de mis partes y me preguntaba si Cash estaría también ahí fuera, en la oscuridad, haciendo lo mismo, y si lo habría estado haciendo los dos últimos años antes de que yo hubiera deseado o podido hacerlo. 

Mientras agonizo.
William Faulkner. 

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